domingo, 12 de junio de 2011

Tauromaquia.

Una de las cosas que menos me gustan del verano son la multitud de fiestas que se hacen en las que se celebran las corridas de toros, y por eso, voy a hablar de lo injusto y patético que me parece mostrar la “superioridad” del hombre (por llamarlo de alguna forma) al matar a un animal inocente, y encima, drogrado. Una sociedad con inquietudes éticas no puede seguir permitiendo una práctica que conlleva la tortura pública de un animal inocente. Existen multitud de alternativas de divertirse que no conllevan hacer sufrir a un animal hasta la muerte.


No se puede justificar una práctica injusta e inmoral en la tradición o la cultura, como sucede con otras prácticas que en su día eran comunes y a las que hoy en día nos oponemos porque hemos avanzado hacia una sociedad éticamente más avanzada.


A día de hoy, la tauromaquia sigue existiendo exclusivamente por los interesese económicos en juego. El interés de la sociedad por las corridas de toros y festejos taurinos sigue decreciendo. Según encuesta de GALLUP en 2006 un 81% de los menores de 24 años mostraba desinterés por estos festejos. La misma cifra se daba entre los de 24 a 34 años. De 35 a 44 años apenas baja un poco (78%).
Vivimos en un momento clave para conseguir la abolición de la tauromaquia. Nuestra sociedad, aunque a primera vista parezca que no, cada vez muestra menos interés por las corridas de toros. Y en mi opinión, es necesario convertir ese desinterés en oposición, porque abolir la tauromaquia es una responsabilidad de todos los que estamos en contra de las injusticias hacia los animales.

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